Todos nuestras calderas pueden adaptarse a los siguientes tipos de gas:
Calefacción con gas natural
La caldera se alimenta directamente de la red de abastecimiento de gas, por lo que proporciona un calor eficiente.
Calefacción por gas liquado
La gran ventaja frente al gas natural es que puede ser utilizado en viviendas que no dispongan de una conexión de gas natural, ya que puede ser almacenado en tanques especiales resistentes a la presión del gas, por ejemplo, en el jardín. ¡Incluso por debajo del nivel del suelo para hacerlo casi invisible!
Calefacción por biogas
Si eres de los que se preocupa por el medio ambiente, el biogás es la mejor elección pues es obtenido a partir de residuos orgánicos y por lo tanto es una energía renovable.
Calefacción con hidrógeno
A pesar de los avances tecnológicos de las últimas décadas y del creciente uso de energías renovables en sistemas de calefacción, una parte importante de las emisiones mundiales de CO₂ sigue estando causada por estos aparatos. Una de las claves para que los sistemas actuales sean respetuosos con el medio ambiente es el hidrógeno. Como parte de la solución, algunos de nuestros productos están diseñados para funcionar con hasta un 20% de hidrógeno añadido al gas natural.